martes, 22 de marzo de 2011

Sin título (como los cuadros molones)

Supongo que parte de la esencia del frikismo es el fetichismo (en su acepción de devoción hacia objetos materiales) y parte, el exhibicionismo de los fetiches atesorados.

A nadie (o pocos, no vamos a generalizar) que se diga friki le falta algún libro, cinta de video, edición de coleccionista, comic histórico, disco de vinilo incunable, juego de rol, cartas coleccionables, miniaturas, muñequitos, poster de película,... bufff... y un largo etcétera de posibles fetiches frikis...

La cuestión es que cuando otro friki viene de visita a casa, fisga un poco en alguna estantería y suelta un "Wow!! Tienes un tomo de "La Llamada de Cthulhu" de JOC!!!"... o "Eh, esos libros de ahí son librojuegos de Altea Junior??"... Y entonces uno contesta afirmativamente pletórico de satisfacción más o menos disimulada.

Son tesoros. Cuyo valor real está muy por debajo del que el mundillo friki le otorga (aunque acabo de ver en eBay un librojuego por 150€... y yo tengo una docena). Y la gracia que tiene conservar ese tipo de cosas, reconozcámoslo, es que alguien además de tí lo valore.

Todo esto viene a que recientemente hemos hecho unas obras en casa que nos ha obligado a vaciar todos los muebles y estanterías. Y aprovechando el trajín la Asamblea de Majaras ha decidido que es un buen momento para pasar página y guardar/tirar todas "esas porquerías" que he venido atesorando durando muchos muchos años.

Ya ninguno de los que vengáis a mi casa podréis pasaros por la biblioteca y revisar las estanterías.

Todas esas cosas, en el mejor de los casos, acabarán en alguna caja en algún trastero y pasarán a ser objetos legendarios en mi mitología particular. A partir de ahora, cualquier mención a alguno de mis tesoros personales comenzará por "Pues yo tengo en mi trastero...", y claro, eso ya requerirá un cierto acto de fe... como con todas las leyendas.

Así que sirva este post como despedida de lo que ha sido un hobby (o metahobby) y una forma de entender la vida de mis últimos 25 años.

No es que vaya a dejar de ser friki, porque eso va por dentro, pero es algo que ya no voy a poder seguir desarrollando. Cosas de la vida.

Despareceran de mi vista y la de mis invitados (y no precisamente en orden de importancia): las cartas de Magic, los juegos de rol (entre los que cabe destacar "La Llamada de Cthulhu" y "Killer", ambos de JOC), una nutrida colección de tebeos de Superlopez (cuyo ejemplar más antiguo rondará los 30 años), manuales, codex y miniaturas de Warhammer Fantasy y 40K, como una docena de Librojuegos de Altea Junior de distintas colecciones ("La Búsqueda del Grial" casi al completo), juego y miniaturas varias de Heroclix DC Comics, unos cuantos libros de "Cómo hacer..." de Plesa/SM, unos cuantos tomos de "Alfred Hitchock y los Tres Investigadores", la colección completa (creo) de la saga de Fafhrd y el Ratonero Gris (Martinez Roca), un montón de comics de ayer y hoy, un vinilo con la BSO de "Superman The Movie",un diorama de Matrix... en fin, un montón de cosas molonas a más no poder (Disculpadme, oh tesoros que no habéis sido mencionados. Culpad a mi memoria, pero no a mi corazón).

Agur eta ohore, ene liburutegi maitea.